I
Tengo entre los
cielos lágrimas de hielo, sonrisas entre rayos de sol y fuertes ilusiones
entradas en la primavera del amanecer de tu mirar.
II
La soledad se
convierte en una aliada para devorarme tu pensar, para comenzar a creer en mí,
para ser quien soy en el interior e irradiarte con mi propia luz sin necesidad
de lamentos sonoros.
III
Ahí sigues tú y las lamentaciones quedaron atrás con las victorias
que se encaminan titubeando, pues las caídas se convierten en impulsos para
estar cada día más fuerte. Para estar contigo.

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